Te quiero. Te echo de menos.

 

¿Cuándo lo has dicho por última vez?

 

Un «te quiero» de los más sinceros, más inocentes y menos expresados.

Un «te quiero» de los que te hacen llorar.

Un «te quiero» de los que te hacen sentir miedo.

Un «te quiero» de los que te hacen sentir desnudo. Vulnerable. Solo.

 

Un «te quiero» a los que quieras.

Un «te quiero», que la vida son 2 días..

 

Que no pase ni un minuto más sin un «te quiero».

¡Quiere! Dilo. Todos los días. Jamás te lo calles.

 

 

Y te echo de menos.

Corazón mío:

 

__AMA. Ama más y mejor. Te deseo amor, mucho amor. Amor del desayuno hasta la cena. Del anochecer hasta el amanecer. Amor por todas partes. Amor intenso, amor del bueno, amor que te enganche, amor hasta que duela, amor hasta que no lo quieras más.

__VIVE. Vívelo todo y mucho.

__APRECIA. Aprecia todo aquello que tienes, porque puede desaparecer. Va a desaparecer antes o después. Aprecia y tenlo presente.

__APRENDE. Aprende todos los días. Aprende a ser mejor, siempre mejor, aprende a aceptar lo que te venga encima y a superarlo.

__PERDONA. Perdona, incluso a aquellos que pienses que no se lo merezcan. Perdónate a ti mismo. Nadie es perfecto.

__DEJA IR. Deja ir tus penas, los errores y la tristeza. Libera tu alma de la energía negativa.

__NO TE QUEJES. Recuerda, podría ser peor. Así que SONRÍE.

__DUERME. Duerme mucho y bien. Duerme lo suficiente, no demasiado. Haz tiempo para todo.

__NO PIERDAS EL TIEMPO.  El tiempo es oro. Siempre puedes hacer algo, algo bueno. Rodéate de aquellos que te aporten, que te animen y ESTIMULEN, de aquellos que te enseñen.

__SÉ BUENO. Sé una buena persona. No entorpezcas. No seas una piedra en el camino de nadie. AYUDA.

__Aunque cambiar no es una opción, mejorar es una muy válida. MEJORA. Mejóralo todo. Mejórate a ti mismo.

__DISFRUTA.

 

Y SÉ FELÍZ. Muy felíz. Demasiado felíz. Tan felíz que llegues a dar asco. No des asco. Pero SÉ FELÍZ.

 

 

Sé que no te hace mucha ilusión por pasar el cambio 2014-2015, total, es sólo un número.

Pero también sé que lo que te hace y te hará siempre muchísima ilusión, es HOY.

 

2015 es 365 veces HOY.

Y hoy no es salvo un LARGO VIAJE TREN.

VIAJA.

Me gusta cuando caminas conmigo.

Me gusta cuando no siento más que el roce de tus manos, por casualidad, por error, o quizás con una intención tímida de sentirme, de sentirte. Manos que se tocan. Manos que calientan otras manos. Manos que se cogen a escondidas, en el bolsillo izquierdo de la chaqueta. Manos que saben lo que nosotros no sabemos. Manos previsoras. Manos que avisan. Manos que acarician.

Tan sólo ven.

Cógeme de la mano y camina conmigo.

Caminemos hasta que nos cansemos y echemos a correr.

 

Así de sencillo.

Lo más bonito que…

Lo más bonito que he visto nunca.
Lo más bonito que me han dicho nunca.
Lo más bonito que me ha pasado nunca.
Lo más bonito que he sentido nunca.
Lo más bonito que he vivido nunca.

Es hoy.
Lo más bonito es hoy. Siempre y todos los días es hoy. Este hoy. El futuro hoy.
Lo más bonito es ahora.

Todos somos. Lo somos ahora, en este mismo instante. Somos lo que hay, es lo que somos. Elegimos entre cosas que se nos dan a elegir. Y siempre queremos lo que no hay. Siempre queremos lo que no somos. Siempre tenemos el alma orientado hacia algo que no podemos elegir. Como una meta estúpida, como un sueño que se desvanece, como una ilusión que no puede ser, pero que nos negamos a abandonar. Porque las metas, los sueños, las ilusiones sin sentido nos hacen humanos. Porque necesitamos que nuestro motor funcione para y hacia algo. Porque somos humanos, eso es lo que somos. Porque nos equivocamos en todas las elecciones, porque no hay ni una correcta.

 

Si pudiera no ser lo que soy.

Si pudiera ser un libro, elegiría ser la página que tiene la marca de la taza de café. Elegiría ser esa misma página amarillenta con las esquinas ennegrecidas de tanto leer. Elegiría ser un fragmento subrayado. Elegiría ser la palabra más impactante, la más sorprendente, la más inesperada, la que más necesite el lector sin saberlo. Si pudiera ser un libro, elegiría que me leyeran. Elegiría que me quisieran leer. Elegiría que me entendieran y que me tuvieran paciencia. Elegiría ser un libro para el cual se necesitara tiempo.

Si pudiera ser parte del cielo, elegiría ser una estrella de las que cuestan ver. Elegiría poder tener la dimensión de la oscuridad, saber lo que dura la noche, saber cuánto brillo. Elegiría ser una estrella discreta, de las que guiñan el ojo antes de desaparecer sin rencores. Porque las estrellas tienen eso: saben cuándo irse.

Si pudiera ser parte de algún fenómeno, elegiría ser lluvia. Lluvia de las que vienen y van. De las que te alegras de que vienen y te alegras de que se van. De las que refrescan, de las que cambian el aire, lo aligeran, le quitan la pesadez. De las que te proteges con paraguas. O quizás te mojas. Elegiría ser una tormenta. De las que echas de menos.

Si pudiera ser cualquier otro ser, elegiría ser un árbol. Elegiría ser un castaño. Tener una vida útil y luego convertirme en papel.

 

Si pudiera elegir, elegiría ser buena. Hacerlo todo bien. Aguantar. Si pudiera elegir, descartaría lo relativo y lo subjetivo. Si pudiera elegir, elegiría que vieras lo mismo que yo. O quizás elegiría que no vieras nada.

Si pudiera no ser lo que soy, elegiría ser un mundo feliz.

 

Tan sólo si pudiera no ser.

 

Ojalá pudiera elegir.

[…] No hay nada en mi vida que me indique por donde debo tirar, no he alcanzado la menor seguridad económica ni afectiva. Ni profesional ni familiarmente me he asentado. No he jugado mis cartas ni con astucia ni con sensatez, sólo me he complicado la vida […]. Sé que estoy un poco loca pero vivo esa locura con una gran serenidad. […] Ya no me busco la vida. Me dedico a contemplarla sin el menor anhelo. Yo sé que las llaves las llevo siempre conmigo. Me pasé muchos años buscándolas, asustada, angustiada, apretando manillas de coches que no se abrían; ahora ya no. […]

-Luisa Castro, «La llave del corazón»-

¿No te sucede a ti, cuando forjas una leyenda sobre un ser determinado y ves que queda bajo tus fantasías y que en realidad vale aún menos que tú, y llegas a odiarle?

-Carmen Laforet, «Nada» –