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Archivos Mensuales: abril 2014

Duermo con ganas. Tantas que, la mayoría de las veces, me despierto de mala leche.

Canto bajo la ducha y me tomo el café largo (de café). Lo doy todo para que, por la noche, otra vez en casa, me vuelva a meter a la cama y al día siguiente vuelva a empezar.

Me gusta leer textos que me den que pensar. Puedo pasar horas enteras en librerías y los colores que hay en las papelerías me pierden. Adoro la música. Esa simple palabra que es «música» y todas sus variedades. Soy fan del «brainstorming», de las ideas que surgen de la nada, de las ideas más descabelladas que acabo haciendo realidad. Veo los retos como una manera de llegar un poquito más lejos que ayer. Soy borde, aunque yo lo definiría más bien como «brutalmente sincera», no me gusta andarme con rodeos. Soy impaciente. Me gusta escuchar cosas que los demás quieran compartir, pero, a veces, siento una necesidad imperiosa de interrumpir. No es que sea una persona con la que se es difícil de estar, es que no quiero estar con cualquier persona.

Le echo pasión a lo que hago y pienso en positivo.

Creo en el aura de las personas. Creo plenamente en la energía que desprenden, porque, al fin y al cabo, todos somos energía.

Vivo despreocupada. Vivo con la seguridad de que aquello que doy se me devuelve bajo mil formas. Me rijo por el «¿y por qué no?».

Soy un alma libre que se siente capaz.

Soy feliz.

 

Quiero muchísimas cosas. Quiero hacer muchísimas cosas. Quiero hacer tantas cosas que mi tiempo terrenal no va a ser suficiente para todas ellas, pero será suficiente para mí.

Pero, sobre todo, quiero volar. Y sé que lo haré.